Alexis Pardillos.
Fuente: Nature, El País
A pesar de los grandes avances tecnológicos que se han acometido y de los conocimientos que se han adquirido hasta la fecha en diferentes materias, todavía hay muchos temas sobre los que no se tiene un dominio absoluto y de los que su orígenes y desarrollos vienen fundamentados en las hipótesis y conjeturas que se han podido ir barajando a la vista de las pruebas existentes y descubiertas en torno a aquellos asuntos. Tal es el caso de circunstancias como el origen del Cosmos, de la Humanidad o incluso del mismísimo lenguaje, que a diario y en multitud de formas, hablamos en todo el planeta.
De este modo, en ocasiones, cuando se suceden nuevos hallazgos y descubrimientos, éstos modifican sustancialmente las teorías existentes, incluso llegan, a veces, a echar por tierra interpretaciones que se habían constituido casi como auténticos axiomas del conocimiento, ante la falta de otras evidencias que demostraran lo contrario.
Y eso es lo que está sucediendo a raíz de los últimos estudios sobre unos restos fósiles hallados en Sudáfrica hace ya 21 años.
Hasta las últimas investigaciones en materia de paleoantropología evolutiva, se había establecido como el momento de la separación del linaje humano del de los chimpancés, hace en torno a unos 4,5 y 7 millones de años, y como abanderados de aquel cambio, que nos comenzaba a separar de aquellos antiguos primates, los géneros bautizados como Australopithecus (Austral: del Sur/Pithecus: Mono) y Ardipithecus (Ardi: Suelo/Pithecus: Mono). Habiéndose conseguido distinguir diferentes especies dentro de los unos y los otros, todos fueron considerados, en base a la interpretación de algunos científicos y en un cómputo general, como los primeros homínidos.
Entre todos aquellos, fue uno (una, por su sexo), el que se llevó la palma como el representante más antiguo de los homínidos. Fue un 24 noviembre, en 1.974, cuando un joven Donald Johanson, paleoantropólogo norteamericano, descubría en Hadar, en la región de Afar en Etiopía, y uno tras otro, los diferentes trozos de huesos que posteriormente constituirían el 40% del esqueleto del que fuera a catalogarse científicamente como A.L. 288-1, definido específicamente como Australopithecus afarensis, con una antigüedad de en torno a unos 3,2 millones años, y que popularmente fue bautizado con el nombre de "Lucy", en homenaje a aquel lisérgico tema de los Beatles, "Lucy in the Sky with Diamonds", que inundaba por aquellas fechas las revolucionadas emisoras de radio de todo el mundo.
Ahora, y tras los estudios publicados a primeros de este més de abril de 2015 en un artículo de la revista científica Nature, parece que se pone en duda aquella primacía de "Lucy" como la del primer género de homínidos después de los chimpancés.
Los restos fósiles en cuestión analizados (STW 573) y a cuya ancestral dueña ya se conoce como "Little Foot", fueron hallados en 1997, en el lugar hoy conocido como Sterkfontein, a 40 kms. de Johannesburgo, en Sudáfrica.
El grado de incrustación en la roca y la fragilidad del material fosil son los culpables de que se hayan necesitado 13 años para separar los restos orgánicos de los inorgánicos y para establecer científicamente la datación de los mismos, que en esta ocasión se ha realizado con la última técnica disponible, denominada cosmogénica, basada en el tipo de átomos de aluminio y berilio contenidos en el cuarzo en el que se halla incrustado el fósil, y cuyos resultados desprenden una antigüedad de alrededor de 3,67 millones años.
"Little Foot" también pertenece al mismo género que "Lucy", los australopitecos, pero con el apelativo de Prometheus para definir a esta nueva especie, y no solo podría ser más antigua que A. afarensis ("Lucy") si no que, además y de hecho, es sustancialmente algo más grande en cuanto a su tamaño y altura. Si bien "Lucy" tenía una altura de 1,05 metros, "Little Foot" andaba por debajo del metro y medio, tenía un porte más robusto con hombros más fuertes, brazos más largos y, eso sí, con unos pies más pequeños que delataban su capacidad primigenia para subirse a los árboles.
Si ya hasta la fecha de publicación de este estudio existían controversias sobre cual de las especies descubiertas podía posicionarse como la más antigua y considerarse el eslabón perdido entre los homínidos y aquellos primitivos chimpancés, el descubrimiento reciente del fosil más antiguo del género Homo en un área cercana a la de "Lucy" encadenaría evolutivamente a ambos, y ahora la aparición de este otro espécimen de pies pequeños, amplia el abanico de posibilidades y los científicos prevén para un futuro no lejano el acercamiento a un planteamiento más preciso de este universal dilema, en base al desarrollo de los estudios que se están llevando a cabo sobre este último homínido catalogado, entre otros.
Entre todos aquellos, fue uno (una, por su sexo), el que se llevó la palma como el representante más antiguo de los homínidos. Fue un 24 noviembre, en 1.974, cuando un joven Donald Johanson, paleoantropólogo norteamericano, descubría en Hadar, en la región de Afar en Etiopía, y uno tras otro, los diferentes trozos de huesos que posteriormente constituirían el 40% del esqueleto del que fuera a catalogarse científicamente como A.L. 288-1, definido específicamente como Australopithecus afarensis, con una antigüedad de en torno a unos 3,2 millones años, y que popularmente fue bautizado con el nombre de "Lucy", en homenaje a aquel lisérgico tema de los Beatles, "Lucy in the Sky with Diamonds", que inundaba por aquellas fechas las revolucionadas emisoras de radio de todo el mundo.
Ahora, y tras los estudios publicados a primeros de este més de abril de 2015 en un artículo de la revista científica Nature, parece que se pone en duda aquella primacía de "Lucy" como la del primer género de homínidos después de los chimpancés.
Los restos fósiles en cuestión analizados (STW 573) y a cuya ancestral dueña ya se conoce como "Little Foot", fueron hallados en 1997, en el lugar hoy conocido como Sterkfontein, a 40 kms. de Johannesburgo, en Sudáfrica.
Cabeza fosil de Australopithecus prometheus / Foto: Jason Heaton
El grado de incrustación en la roca y la fragilidad del material fosil son los culpables de que se hayan necesitado 13 años para separar los restos orgánicos de los inorgánicos y para establecer científicamente la datación de los mismos, que en esta ocasión se ha realizado con la última técnica disponible, denominada cosmogénica, basada en el tipo de átomos de aluminio y berilio contenidos en el cuarzo en el que se halla incrustado el fósil, y cuyos resultados desprenden una antigüedad de alrededor de 3,67 millones años.
"Little Foot" también pertenece al mismo género que "Lucy", los australopitecos, pero con el apelativo de Prometheus para definir a esta nueva especie, y no solo podría ser más antigua que A. afarensis ("Lucy") si no que, además y de hecho, es sustancialmente algo más grande en cuanto a su tamaño y altura. Si bien "Lucy" tenía una altura de 1,05 metros, "Little Foot" andaba por debajo del metro y medio, tenía un porte más robusto con hombros más fuertes, brazos más largos y, eso sí, con unos pies más pequeños que delataban su capacidad primigenia para subirse a los árboles.
Desde Enésima Centuria se ha
elaborado un mapa actualizado de los principales restos fósiles de los
primeros homínidos en África para tener una visión general de este
entramado evolutivo.
Puede pinchar sobre la imagen para ampliar el mapa
Si ya hasta la fecha de publicación de este estudio existían controversias sobre cual de las especies descubiertas podía posicionarse como la más antigua y considerarse el eslabón perdido entre los homínidos y aquellos primitivos chimpancés, el descubrimiento reciente del fosil más antiguo del género Homo en un área cercana a la de "Lucy" encadenaría evolutivamente a ambos, y ahora la aparición de este otro espécimen de pies pequeños, amplia el abanico de posibilidades y los científicos prevén para un futuro no lejano el acercamiento a un planteamiento más preciso de este universal dilema, en base al desarrollo de los estudios que se están llevando a cabo sobre este último homínido catalogado, entre otros.
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