Alexis Pardillos
Fuente: NASANET, El Mundo
El cometa "Catalina" en octubre de 2015
Imagen: M.P. Mobberley
Comenzamos el año con un acontecimiento
y efeméride de excepción, la visita de un emisario que viene del extremo más
alejado de nuestro sistema solar. Se trata del cometa Catalina (C/2013 US10), un
peculiar objeto cometario que, descubierto el 31 de octubre de 2013, viene
surcando nuestro firmamento, dejando tras de sí un espectáculo de luz, energía
y, lo que es más práctico e interesante, de información vital para el
conocimiento de los orígenes de nuestro sistema estelar.
El Catalina, que alcanzó su
distancia más cercana al Sol (perihelio)
el 15 de noviembre del pasado año, aproximándose a nuestra estrella a unos 123
millones de kilómetros, desarrolla una órbita hiperbólica por lo que solo
pasará una vez cerca del sol a lo largo de su indefinida existencia y, este 17
de enero próximo, alcanzará su máximo acercamiento a la Tierra o perigeo, pasando a unos 108 millones de
kilómetros de nuestro planeta.
Este tipo de cometas se catalogan
como “no periódicos” y se les atribuye la letra C en su nomenclatura técnica, tal y como es el
caso.
El tamaño del cometa, que se estima
en unos 10 kms. de diámetro, y las distancias establecidas, facilitarán una
magnitud de observación en torno a +5 los próximos días, la suficiente como
para poder ser observado a simple vista, aunque la evolución de la misma no es
del todo precisa.
Ese día 17 de enero, ya muy
próximo, el cometa se podrá localizar entre las estrellas de Mizar y Alkaid, en la inconfundible constelación de la Osa Mayor, unas
horas antes del amanecer.
Los cometas son rocas con hielo y
polvo que se trasladan por el sistema solar siguiendo escalofriantes órbitas de
gran excentricidad que van más allá de las definidas por los propios planetas. Su
origen se atribuye, principalmente, a
dos áreas del sistema solar, la Nube de Oort, a aproximadamente un año luz de distancia de
nuestra estrella y al cinturón de Kuiper, más allá de la órbita de Neptuno.
A medida que los cometas se
acercan al sol, y debido al calentamiento de su composición, se va generando
una coma o especie de atmósfera
gaseosa a su alrededor y dos largas colas,
manifestación de la sublimación de aquellos hielos y de la emanación de sus gases
y sucio polvo. Mientras que la cola producida por la sublimación del hielo se emite
en dirección contraria al sol, la de polvo adquiere una posición ligeramente diferente
en función de la inercia orbital.
Habiendo abandonado la Nube de
Oort, donde se gestó y por donde deambulaba lentamente hasta su precipitada
salida hacia nuestro astro rey Sol por algún fenómeno violento extraordinario
que cambió su órbita, es el primer conocimiento que se tiene de la existencia
de este cometa y, una vez nos sobrepase, no volveremos a saber de él jamás,
pues continuará su indefinido viaje más allá de los límites de nuestro sistema
planetario, hacia los confines de éste
mágico, misterioso e infinitamente inmenso Universo del que formamos parte.
La Nube de Oort, que son los
restos de la condensación de la original y primigenia nebulosa solar, alberga
una inmensa concentración de cometas en el espacio más extremo de nuestro sistema solar, pero sin abandonar
completamente éste.
Así pues, nuestro sistema planetario
se compone de dos partes bien diferenciadas, la más interior, que alberga la
estrella y los planetas, y esta inmensa área, que envuelve, en la distancia,
todo este maravilloso sistema de objetos cósmicos que giran en torno a nuestro
sol.
Recorrido previsto del cometa Catalina en Diciembre´15 y Enero´16
Fuente: Sky and Telescope
Si las condiciones atmosféricas lo
permiten, podremos, desde España, observar este primer gran acontecimiento
astronómico del año, que esperemos nos traiga, además de toda esa útil información
para conocer un poco más el origen de nuestro sistema solar, luz, fuerza y
armonía celestial para estos agitados y complicados tiempos que corren, aquí, en
este pequeño, alterado y ya herido planeta
llamado Tierra.
¡ Que la fuerza cósmica del
Catalina os acompañe !