ENÉSIMA CENTURIA.
Alexis Pardillos.
Descubierto, fuera del
sistema solar, el planeta rocoso más cercano a la Tierra
El objeto celeste, denominado HD 219134b, es un planeta rocoso algo más grande que la Tierra, 1,6 veces su radio, pero con cuatro veces y media su masa, que se encuentra orbitando una enana blanca tipo K, algo más pequeña y más fría que nuestro Sol, la HD 219134, a solo 21 años luz de nosotros en la constelación de Casiopea. Al haber medido su tamaño, por lo tanto obtenido su volumen, y su masa, se puede calcular su densidad.
Tales datos han
sido obtenidos gracias al HARPS-North, un espectrógrafo de inmensa resolución situado
en el Telescopio Nazionale Galileo, del Observatorio
Astronómico del Roque de los Muchachos en Las Palmas de Gran Canaria (España), y
al Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, en su andadura espacial, que trabaja
en longitudes de ondas infrarrojas, ambos procesados y coordinados por un
equipo internacional de astrónomos y astrofísicos.
Recreación telescopio Spitzer : NASA
Midiendo la luminosidad de la
estrella HD 219134, el telescopio Spitzer
captó una disminución de dicha luminosidad por unas horas, las que tarda en cruzar
justo delante el planeta HD 219134b. De hecho el planeta está tan cerca de la
estrella que tarda solo tres días en dar la vuelta completa a aquella. De esta
magnitud se estableció el tamaño del planeta.
Con el HARPS-N y su medición de la
velocidad radial de las estrellas con planetas, herramienta fuente de este gran
descubrimiento, además se consiguió obtener su masa.
Así pues, con aquellos datos del
volumen y estos últimos de la masa, se determina que su densidad es de 6 g/cm3,
muy similar a la de la Tierra, que es de 5,51 g/cm3. Así , los
científicos consideran que se trata de un planeta rocoso y no gaseoso. Aunque
la proximidad a su estrella hace que el planeta se encuentre en un estado
incandescente.
Casiopea es una constelación que se encuentra en el hemisferio
Norte estelar, rozando la Vía Láctea, con forma de W o de M, dependiendo del
momento en que se vea, ya que su aspecto cambia a la vez que la vista cenital gira
alrededor de la Estrella Polar.
Imagen de Casiopea y HD219134 (en círculo) : Telescopio Nazionale Galileo
Pero éste no es el único
inquilino de aquella estrella enana de la constelación de Casiopea, existen otros tres planetas más,
por el momento, que orbitan a su alrededor: otra supertierra de 2,7 veces la masa terrestre y 6,8 días de
traslación, un planeta tipo Neptuno de 9 veces la masa terrestre y 47 días de
traslación y un último planeta gigante, con 62 veces la masa de la Tierra y un
periodo de traslación de 3 años, al hallarse mucho más distante que los otros.
Según Giampaolo Piotto, de la
Universidad de Padua, miembro del equipo que ha llevado a cabo el
descubrimiento, para SINC : “es un
planeta incandescente, no hospitalario para la vida, pero lo importante es que
cada vez nos acercamos más a la
identificación de un planeta análogo a
la Tierra”.
Kepler-452b
La noticia de este descubrimiento se produce tras conocer recientemente, a través del telescopio espacial Kepler, de la NASA, de la existencia de
otro planeta similar a la Tierra, a pesar de ser un 60% más grande que ésta y
algo más viejo, el Kepler-452b, en la constelación del Cisne, alrededor de una
estrella tipo G2, muy similar a nuestro Sol, pero eso sí, a 1.400 años luz de
distancia.
Lo más curioso de este planeta es
que está situado en zona habitable, y orbita cada 385 días alrededor de su
estrella, enana amarilla de 6.000 millones de años, 1.500 millones de años más
que la edad de nuestro astro rey Sol.
Recreación Kepler-452b: NASA / Ames / JPL-Caltech / T. Pyle
Es muy difícil poder imaginar que,
en el hipotético caso de que una civilización pudiera disponer de un gran vehículo que alcanzara la velocidad
de la luz, con todo tipo de sofisticaciones, una serie de sus generaciones sacrificara
su existencia a lo largo de su impuesta vida dentro de una nave espacial en un utópico
viaje intersideral en busca de nuevas dimensiones. Si así fuera, tardarían, en ese hipotético
caso, en llegar hasta nuestro pequeño planeta, a pesar de la hipergaláctica
velocidad, unos 1.400 años. Para estar hoy aquí tendrían que haber salido del Kepler-452b cuando, en la Tierra, Bizancio
perdió Málaga por manos de los visigodos, allá en el 615.
Pero,…. ¿y 21 años?, ¿ó 15? ¿ó
10? , ¡eso es otra cosa! Recordemos que Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, se encuentra a 4,2 años luz. Con nuestra tecnología desde luego aun no es posible alcanzar aquella velocidad luminaria pero no sería extraño encontrar civilizaciones con una tecnología superior.
Poco a poco parece que nos iremos
acostumbrando al descubrimiento de multitud de nuevos planetas parecidos a la
Tierra en otros sistemas estelares no
tan lejanos al nuestro.
Por eso, en cualquier caso,
cuando vengan, si vienen, tengamos en cuenta el enorme esfuerzo y gran viaje
que hicieron para, viniesen de donde fuera, llegar hasta aquí y reunirse con
nosotros.