miércoles, 17 de junio de 2015

El asteroide Ícaro pasa de largo en su reciente aproximación a la Tierra

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos.
Fuente: Ciencia Xplora

Imagen: Asteroide 1566 Ícaro, recreación del Kurdistan Planetarium


Como si de la comitiva norteamericana en el clásico de cine español de Berlanga “Bienvenido Mr. Marshall” se tratara, el asteroide 1566 Ícaro pasó de largo en la noche de ayer, 16 de junio, tras acercarse a unos 8 millones de kms. Esta distancia, que es igual a unas 21 veces la que separa la Luna de nuestro planeta, es potencialmente arriesgada, en términos astronómicos, para la integridad de nuestra delicada esfera terrestre, según algunos expertos.

El asteroide, que fue descubierto en 1949 por Wilhem Heinrich Walter Baade, astrónomo alemán emigrado a Estados Unidos, tiene una forma casi esférica, mide aproximadamente 1,4  kms. de diámetro y pesa unas 4,4 millones de Toneladas.

El 1566 Ícaro tiene una periodicidad de rozadura, esto es, su máximo y más aproximado acercamiento a la Tierra durante su órbita, de 9, 19 y 38 años, en base a las observaciones del objeto y las estimaciones realizadas desde su descubrimiento.

Para hacernos una idea y trasladando los tamaños y distancias astronómicas a una escala más asimilable, si la Tierra fuera un balón de futbol, la Luna tendría un tamaño algo inferior al de una pelota de tenis y estaría situada a unos 6,5 mts. de aquel balón terrestre. En este caso, el asteroide Ícaro seria una insignificante mota de polvo que se encontraría a unos 140 mts., en su mayor acercamiento, de aquella simulada esfera terrestre .

No obstante el tamaño comparado de aquella insignificante mota de polvo, si el asteroide colisionara con nuestro planeta el efecto sería realmente devastador, tal y como pudo suceder hace unos 65 millones de años, en aquel posible impacto que extinguió a los dinosaurios de la faz de la Tierra

Actualmente la NASA maneja un listado de objetos celestes, denominados  NEO (Near Earth Objects), con unos 100 asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra, donde se encuentra el Ícaro, pero asegura que la probabilidad de impacto con nuestro planeta por cualquiera de ellos es muy próxima al 0%, al menos en los próximos 100 años. Estos índices de probabilidades, al ser tan bajos, se calculan en base a una escala logarítmica denominada “Escala de Palermo”.

En 1967, estudiantes del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) abanderados por su profesor Paul Sandorf, plantearon la posibilidad de repeler este objeto celeste, a su paso programado en 1968, desviando su órbita, utilizando para ello armamento nuclear. Aquel proyecto, gestado como un ejercicio estudiantil, fue origen de polémica y argumento para un sinfín de filmografía de corte catastrofista.

Según la mitología griega, Ícaro era hijo de Dédalos, arquitecto y artesano, y enseñó a  Ariadna, hija del rey Minos y Pasifae de Creta, y enamorada de Teseo, a como éste último podía encontrar el camino correcto en el laberinto de Minos para encontrar y vencer al Minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro, que debía alimentarse de humanos cada 9 años. 

De este modo, una vez vencido el Minotauro por parte de Teseo, el padre de aquel monstruo, el rey Minos, se enojó brutalmente y apresó a Dédalos y a su hijo Ícaro. Con el fin de huir, Dédalos fabricó unas alas para Ícaro y las adhirió a su espalda con cera. Entusiasmado Ícaro con sus nuevos apéndices y desoyendo las advertencias de su padre, en un vuelo exaltado, se acercó demasiado al sol, derritiendo el calor del astro las uniones de cera y cayendo al mar donde pereció.

Los asteroides son objetos celestes menores compuestos de roca y/o metal  que giran alrededor del sol, principalmente entre las orbitas de Marte y Jupiter. Su origen es realmente incierto existiendo diversas teorías sobre su formación. Según estudios recientes, en algunos casos pueden trasladar notables cantidades de agua.

A pesar de que el 1566 Ícaro, se trata de un asteroide muy luminoso, en esta ocasión su acercamiento no fue excepcionalmente brillante, quedando relegada su observación a equipos astronómicos profesionales.





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