lunes, 22 de junio de 2015

Hallado sapiens bichozno de un neandertal

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos.
Fuentes: SINC, Nature


Oase 1, Imagen: Svante Pääbo, Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology / Nature



Últimos estudios sobre ADN del genoma humano, publicados en la revista Nature y realizados sobre restos hallados en febrero del año 2002, en Rumanía, revelan que uno de los individuos a los que pertenecían aquellos restos era un Homo sapiens descendiente de un Homo neanderthalensis, fruto del  tan buscado eslabón, en los últimos tiempos, entre ambas especies.

Los restos, una mandíbula con una datación de entre unos 35.000 y 40.500 años de antigüedad y un cráneo de otro individuo, fueron encontrados por tres espeleólogos en la denominada cueva Peștera cu Oase, y por ello denominados Oase 1.

A medida que los sapiens, salidos de África, se iban adaptando a la zona europea, tradicionalmente ocupada por neandertales, hace unos 35.000 a 45.000 años, éstos últimos iban desapareciendo. Pero hubo tiempo para un cruce racial, que ya se evidenciaba tras los pasados hallazgos en nuestro mismo ADN, y he aquí su registro genético. 

El estudio ha sido desarrollado por el profesor David Reich, investigador en el Harvard Medical School (EE UU), que lidera el trabajo junto al profesor Svante Pääbo y su equipo, del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology, de Leipzig, Alemania,  que sigue el rastro de ese 2 a 4% neandertal de ADN del que en la actualidad  se compone el  genoma humano de cada uno de los homo no africanos.

La muestra,  Oase 1, el fósil de homo sapiens moderno más antiguo encontrado en Europa hasta la fecha, parece presentar una filiación neandertal en su genoma de entre un 6 y un 9,4%, muy superior al de ningún registro analizado hasta la fecha.

Esto parece evidenciar que ese individuo procedía de un cruce con un neandertal realizado en aproximadamente una quinta o una sexta generación previa, unos 200 años antes de su propia existencia. 

Así pues podríamos encontrarnos ante el bichozno o el pentanieto de aquel Homo neanderthalensis que se fundió con nuestra especie.

A pesar de que los análisis revelan que la mandíbula presenta mayores semejanzas genéticas con asiáticos del Este y con nativos americanos, su aportación de ADN neandertal en nuestro genoma parece innegable, cuya mezcla además potenció e instauró nuevas  defensas en nuestro organismo.

Efectivamente no fue negativa para aquellos primeros hombres modernos ni para los actuales, no envileció la especie humana si no que, tal y como propuso un estudio de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidadde Stanford, al contrario, aquella mezcla fortaleció nuestro sistema inmunológico introduciendo  nuevas variantes de genes, entre ellos los HLA, que pasaron a reconocer  y destruir los nuevos patógenos con una variabilidad y flexibilidad tal y como requería la rápida evolución de los propios virus. Es por aquellos antígenos generados en todos los descendientes de aquella mezcla que, por ejemplo, podemos reponernos rápidamente de un catarro, gozando, en general la especie humana, de un excelente sistema inmunológico.








miércoles, 17 de junio de 2015

El asteroide Ícaro pasa de largo en su reciente aproximación a la Tierra

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos.
Fuente: Ciencia Xplora

Imagen: Asteroide 1566 Ícaro, recreación del Kurdistan Planetarium


Como si de la comitiva norteamericana en el clásico de cine español de Berlanga “Bienvenido Mr. Marshall” se tratara, el asteroide 1566 Ícaro pasó de largo en la noche de ayer, 16 de junio, tras acercarse a unos 8 millones de kms. Esta distancia, que es igual a unas 21 veces la que separa la Luna de nuestro planeta, es potencialmente arriesgada, en términos astronómicos, para la integridad de nuestra delicada esfera terrestre, según algunos expertos.

El asteroide, que fue descubierto en 1949 por Wilhem Heinrich Walter Baade, astrónomo alemán emigrado a Estados Unidos, tiene una forma casi esférica, mide aproximadamente 1,4  kms. de diámetro y pesa unas 4,4 millones de Toneladas.

El 1566 Ícaro tiene una periodicidad de rozadura, esto es, su máximo y más aproximado acercamiento a la Tierra durante su órbita, de 9, 19 y 38 años, en base a las observaciones del objeto y las estimaciones realizadas desde su descubrimiento.

Para hacernos una idea y trasladando los tamaños y distancias astronómicas a una escala más asimilable, si la Tierra fuera un balón de futbol, la Luna tendría un tamaño algo inferior al de una pelota de tenis y estaría situada a unos 6,5 mts. de aquel balón terrestre. En este caso, el asteroide Ícaro seria una insignificante mota de polvo que se encontraría a unos 140 mts., en su mayor acercamiento, de aquella simulada esfera terrestre .

No obstante el tamaño comparado de aquella insignificante mota de polvo, si el asteroide colisionara con nuestro planeta el efecto sería realmente devastador, tal y como pudo suceder hace unos 65 millones de años, en aquel posible impacto que extinguió a los dinosaurios de la faz de la Tierra

Actualmente la NASA maneja un listado de objetos celestes, denominados  NEO (Near Earth Objects), con unos 100 asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra, donde se encuentra el Ícaro, pero asegura que la probabilidad de impacto con nuestro planeta por cualquiera de ellos es muy próxima al 0%, al menos en los próximos 100 años. Estos índices de probabilidades, al ser tan bajos, se calculan en base a una escala logarítmica denominada “Escala de Palermo”.

En 1967, estudiantes del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) abanderados por su profesor Paul Sandorf, plantearon la posibilidad de repeler este objeto celeste, a su paso programado en 1968, desviando su órbita, utilizando para ello armamento nuclear. Aquel proyecto, gestado como un ejercicio estudiantil, fue origen de polémica y argumento para un sinfín de filmografía de corte catastrofista.

Según la mitología griega, Ícaro era hijo de Dédalos, arquitecto y artesano, y enseñó a  Ariadna, hija del rey Minos y Pasifae de Creta, y enamorada de Teseo, a como éste último podía encontrar el camino correcto en el laberinto de Minos para encontrar y vencer al Minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro, que debía alimentarse de humanos cada 9 años. 

De este modo, una vez vencido el Minotauro por parte de Teseo, el padre de aquel monstruo, el rey Minos, se enojó brutalmente y apresó a Dédalos y a su hijo Ícaro. Con el fin de huir, Dédalos fabricó unas alas para Ícaro y las adhirió a su espalda con cera. Entusiasmado Ícaro con sus nuevos apéndices y desoyendo las advertencias de su padre, en un vuelo exaltado, se acercó demasiado al sol, derritiendo el calor del astro las uniones de cera y cayendo al mar donde pereció.

Los asteroides son objetos celestes menores compuestos de roca y/o metal  que giran alrededor del sol, principalmente entre las orbitas de Marte y Jupiter. Su origen es realmente incierto existiendo diversas teorías sobre su formación. Según estudios recientes, en algunos casos pueden trasladar notables cantidades de agua.

A pesar de que el 1566 Ícaro, se trata de un asteroide muy luminoso, en esta ocasión su acercamiento no fue excepcionalmente brillante, quedando relegada su observación a equipos astronómicos profesionales.





viernes, 12 de junio de 2015

Descubierta en Teruel nueva especie dinosauria en un jardín de infancia cretácico

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos
Fuente: SINC




Especie del género Iguanodon en un gráfico de Meyer Encyclopedia (1890)


Paleontólogos españoles han identificado una nueva especie de dinosaurio descubierta en la provincia española de de Teruel. 

Tras estudiar una nutrida muestra de restos fósiles hallados en 2011 en la localidad de Galve, en la provincia de Teruel, en total unos 1.100 huesos, los expertos, todos ellos pertenecientes a la Fundación Dinópolis, han concluido en un trabajo publicado en la revista Cretaceous Research que aquellos especímenes, pertenecientes al género  Iguanodon (Ornithischia; Ornithopoda), constituyen, por su fisionomía, una nueva especie para este género . 

Bautizada con el nombre de Iguanodon galvensis, en honor a aquella localidad turolense, la nueva especie presenta una característica especial en el cráneo y una convexidad abrupta y corta en la la mandíbula que la hace ser aceptada por la comunidad científica como el  segundo taxón genuino de este género, después de Iguanodon benissartensis (Hantell, 1825).

El género Iguanodon, cuyo nombre significa “diente de iguana”, por la semejanza dental de ambos animales, fue un dinosaurio herbívoro de la familia Iguanodontidae, que alternaba la marcha bípeda con la cuadrúpeda y, en concreto esta nueva especie, tenía un tamaño de unos 6 metros de longitud para los adultos y unos 60 cms. para las crías.

Los fósiles, que fueron hallados en dos yacimientos formados por depósitos fluviales en la denominada Formación Camarillas, pertenecen a un adulto, un joven y trece crías, que vivieron en el Barremiense inferior, hace entre unos 129 y 127 millones de años, en la etapa más temprana del Cretácico.

La concentración de los huesos de las crías en un mismo lugar, circunstancia que se  descubre por primera vez en la historia, hace pensar que éstas se hallaban juntas cuando murieron en lo que podría considerarse un jardín de infancia del Cretácico, donde los adultos las tenían agrupadas  para su mejor custodia y vigilancia.

Esta es la quinta nueva especie descubierta en la localidad de Galve y la décima que se identifica en la provincia aragonesa de Teruel.




lunes, 8 de junio de 2015

De África hacia el mundo pasando por Egipto

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos.
Fuentes: AJHG, ABC



Imagen: Pixabay


Se estima que hace aproximadamente entre 4,5 y 7 millones de años el linaje de los primeros homínidos se separo del de los primates en África dando comienzo una carrera evolutiva que fue modificando poco a poco la especie humana hasta ubicarla en la sofisticación física de la que gozamos hoy en día.

En torno a hace unos 1,3 millones de años se estima que el Homo habilis se expandió fuera de África, dispersándose por diferentes partes del viejo mundo y el Homo sapiens, cuya origen se estima en unos 200.000 años también en África hizo lo mismo hacia Eurasia en diferentes oleadas, dirigiéndose desde allí hacia el resto del planeta.

Ahora, un estudio reciente publicado por “The American Journal of Human Genetics” aporta nuevas sugerencias para esclarecer los mecanismos de aquellos movimientos migratorios.

El estudio llevado a cabo al secuenciar el ADN de una muestra de 225 personas entre egipcios y etíopes,  viene a descifrar la ruta que siguieron aquellos hombres ancestrales antes de abandonar el continente africano, dando mayor posibilidad a aquella salida expansiva por Egipto y el Sinaí, en un camino por el Norte, en detrimento de la teoría del camino por el Sur que defiende el éxodo a través del Estrecho de Bab El Mandeb y la península arábiga.

Aquella conclusión se obtiene al determinar que las regiones genómicas enmascaradas de las muestras egipcias se presentaban en frecuencias más altas y eran más parecidas a muestras de fuera de África que las regiones genómicas enmascaradas etíopes.

En el mismo estudio se utilizaron genomas de alta calidad para establecer la cronología de la separación de unas poblaciones de otras. Así pues las personas de fuera de África se separaron de los genomas egipcios hace en torno a unos 55.000 años, unos 10.000 años después  de la separación de los genomas etíopes, hecho que se produjo hace unos 65.000 años. Esto evidencia y refuerza aquella teoría de que fue Egipto, en aquella ruta por el Norte, la última parada antes de abandonar el  continente africano.

Además, ese camino del Norte parece estar más en concordancia con otras circunstancias descubiertas recientemente, tal y como son el hallazgode los primeros restos fósiles de humanos modernos en Israel que datan precisamente de unos 55.000 años y la mezcla, en aquellos humanos de fuera África, con información genética de la especie neandertal.

Así los estudios, cada día que pasa, vamos descubriendo nuevos datos sobre la evolución humana, datos que, por otro lado, no sería posible conocer sin la aportación de todos los avances científicos que en materia de secuenciación de ADN se vienen sucediendo en los últimos años.